Los michelines

Se te van añadiendo como las capas de la cebolla, sin darte cuenta, poco a poco, en silencio y casi casi, con alevosía y nocturnidad. Y te das cuenta, ahora que se ha puesto de moda clasificar a la mujer, que si estas en los tipos que dicen, bien, pero si no te ves en ninguno te preguntas si eres un bicho raro.

Y cuando has pasado el meridiano y un poco más, y esos kilos que no se van, que se te pegan con un cariño que es desesperante , vas y te conformas, y te dices, bueno, lo importante es la salud. Al día siguiente, más tranquila te vuelves a hablar a ti misma y te dices, ni hablar yo tengo que conseguir ese tipillo que tenia o por lo menos parecido. Y así se empieza un régimen que a los pocos días se va diluyendo en la nada y aunque miras un poquito ya no te interesa hacerlo a rajatabla. Y como he oído que cuando te haces mayor el sentido del gusto ya no es el mismo, pues me he decidido a que me voy a dar todo el placer que pueda en saborear, ( no en cantidad) esos platillos que me encantan. Pienso que es un placer que la vida nos da, y que no tengo ganas de prescindir.